De vez en cuando, la NASA nos obsequia con imágenes más o menos impactantes conseguidas desde sus satélites y telescopios. La última, esta misma semana, fue una serie de fotografías de la Tierra en visión nocturna realizadas por el satélite ambiental polar Suomi NPP, que fue lanzado al espacio en 2011 con la misión de perfeccionar las predicciones del tiempo y estudiar el cambio climático.
La novedad de este trabajo es que se trata de imágenes hipotéticas, una visión de cómo sería nuestro planeta si no recibiera la luz del Sol. El resultado, ahí lo tienen: una bola negra sobre la que centellean las luces artificiales creadas por sus habitantes únicamente o, como mucho, acompañadas de algún fenómeno natural ajeno a la acción directa de los rayos solares.
Para lograr este aspecto del globo sin precedentes, la NASA obtuvo la colaboración de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), que aportó un VIIRS, o sea, un radiómetro de infrarrojos visibles. Este aparato permite detectar la luz en un amplio espectro de longitudes mediante la aplicación de filtros, resaltando así luces que a simple vista no se podrían percibir desde el espacio: iluminación urbana, incendios, auroras boreales, etc.
Las imágenes fueron presentadas durante la reunión anual de la organización American Geophysical Union, que se celebra en San Francisco (EEUU).