Me hizo gracia ver que el Telediario, días atrás, sacaba una curiosidad que en realidad lleva circulando años ya por Internet. Como ya saben que hay gente para todo, alguien se ha tomado la molestia de echar unos cálculos matemáticos sobre Campeones, aquella serie japonesa de dibujos animados en la que sus protagonistas, Oliver y Benji, traspasaban a la pequeña pantalla el concepto nipón del fútbol.
Seguramente recordarán que cada jugada casi ocupaba la mitad de un episodio y un partido podía dar para más de uno. También que un chut atravesaba el campo entero y no sólo acababa en gol sino que arrancaba las redes de la portería, así que cabe preguntarse ¿qué potencia de disparo tienen esos jugadores? O bien ¿cuánto mide exactamente el terreno de juego en ese anime? Las respuestas a éstas y otras cuestiones no son difíciles de encontrar por Internet. Vamos a aprovechar para resumir algunas.
Sesudos físicos que muy bien podrían responder al nombre de Sheldon Cooper, el de otra serie televisiva, The Big Bang Theory, han llegado a la conclusión de que el campo medía 1.500 metros de longitud por unos 700 de ancho. Para ello relacionaron trigonométricamente el radio de la Tierra (6.327 kilómetros) con la presunta altura de Oliver (pongamos 1,60 metros), más la distancia a la que se puede ver el horizonte alrededor (455 metros) y teniendo en cuenta que el personaje vislumbra la portería contraria cuando ha recorrido aproximadamente 3/4 del terreno.
Otro dato deducible con los parámetros anteriores es la velocidad a la que podían correr en Campeones. El resultado es sorprendente pero, claro, acorde con lo calculado, dado que llegan de un extremo a otro en sólo 5 segundos: 150 kilómetros por hora.
Ahora bien, ya sabemos que correr es de cobardes, que quien debe hacerlo es el balón. Y en tal caso será interesante descubrir qué velocidad se le puede imprimir ¿no? Pues apunten: 1.080 kilómetros por hora. Menuda potencia hará falta para impulsarlo, pensarán; pues imagínense para detenerlo. Pobre del portero. Pero para eso también hay cálculos: para parar un balón de 430 gramos disparado a 1.080 kilómetros por hora por un delantero que se encuentra a 3 metros de la portería, el cancerbero debería pesar 272 kilos.
Eso suponiendo que el balón sea ignífugo, porque a esa velocidad el roce con el aire debería calentarlo hasta su desintegración, como demuestra el hecho de que deje una estela a su paso. Además, la velocidad y la inercia, recordemos, dependen en parte de la gravedad. En la serie, Oliver salta a una altura dos veces superior a la del larguero (2,44 metros) y tarda 10 segundos en rematar, de lo que se deduce que en Campeones la gravedad es 100 veces menor que en la vida real.
En fin, en el enlace adjunto lo pueden ver más detallado y con sus correspondientes ecuaciones. Y no sólo sobre Campeones ¿eh?, que los dibus japoneses resultan muy jugosos en ese sentido. Por ejemplo, también Heidi ha suscitado el interés de la Física, alguno de cuyos representantes se ha empeñado en calcular cuánto medía el famoso columpio en el que la niña suiza parecía despegar hacia el cielo: 20,25 metros cada cuerda, aunque enseguida salen voces discrepantes.
Vía: La Web de Física y foro