Una de las pocas cosas que odio del verano es la llegada de los mosquitos. Su zumbido interrumpiendo el plácido sueño nocturno, las picaduras que suelen estropear el pase de una película en el salón o la visión misma de su torpe vuelo, suelen superiores a mi paciencia y obligarme a acometer el safari de
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La Brújula Verde 2014 © Guillermo Carvajal