Recordarán que no hace mucho publicábamos aquí un post sobre los llamados Juegos Olímpicos Masai, protagonizados por los miembros de esta etnia localizable en varios países africanos. Y quizá no sepan que los arqueólogos, antropólogos y prehistoriadores se reúnen periódicamente para participar en algo parecido pero tomando como referencia el Cuaternario; en este caso, los “atletas”, que son ellos mismos, compiten en pruebas tan pintorescas como lanzamiento de azagaya, encender fuego frotando palos y cosas así.
Pues bien, hoy ampliamos el espectro de este tipo de eventos deportivos raros reseñando que el próximo otoño, en septiembre más concretamente, se inaugurarán los Juegos Mundiales de los Pueblos Indígenas. Tendrán lugar, cómo no, en Brasil, seguramente para completar el paquete que se ha adjudicado el país sudamericano, tras la Copa del Mundo de Fútbol y antes de las venideras Olimpiadas de 2016.
Para ser exactos, tendrán lugar en la ciudad de Palmas, capital del estado de Tocatins, a la que le cabrá para siempre el honor de acoger la primera edición al imponerse a las otras localidades candidatas, las amazónicas Belén y Marabá, según el criterio técnico expresado por el Ministerio de Deportes y el Comité Intertribal Memoria y Ciencia Indígena. Se da la circunstancia de que Palmas es una ciudad reciente, fundada en 1990, por lo que la celebración deportiva servirá para conmemorar su 25º aniversario.
Organizados por un Comité Intertribal Indígena con la colaboración del Ministerio de Deportes de Brasil y una inversión en torno a 22 millones de dólares, los juegos plasmarán la idea de su creador, el brasileño Marcos Terena, que pertenece a la etnia xané y, además, representante de Derechos Indígenas de la ONU. De hecho, en Brasil ya se celebran unos Juegos Indígenas Nacionales desde 1996 con carácter bianual; los últimos fueron en 2013, en Cuiabá.
El programa de pruebas será similar, basándose en actividades propias de las tribus: tiro con arco, lanzamiento de jabalina, remo en canoa, natación fluvial, competiciones diversas de atletismo (carreras) de velocidad y fondo) e incluso una concesión a la modernidad como el fútbol. Como villa olímpica ejercerá una aldea local tradicional pero adecuada a los nuevos tiempos, contando con restaurante, mercado y feria artesana; también habrá un museo indígena. En cuanto a las instalaciones deportivas en sí, se contará con una pista de atletismo y una cancha multidisciplinar.
Se calcula que acudirán dos millares de participantes procedentes de una treintena de países americanos. La diversidad de costumbres podrá salvarse con un poco de colaboración y asertividad pero será necesaria la labor de un centenar de traductores para entenderse. Y, sin duda, uno de los invitados de honor será el primer presidente indígena del mundo, el boliviano Evo Morales.
Vía: Telesur