El mayor restaurante submarino del mundo abrirá en las islas Maldivas

¿Se imaginan una cena romántica degustando exquisitos platos a la vez que se contempla la envolvente profundidad del mar, viendo pasar pequeños peces de mil colores, tiburones en su lento pero temible paseo, moluscos transitando entre corales..? Un ambiente poco común que lo mismo sirve para relajarse y olvidarse de cualquier problema que para soñar con alguna aventura como las vividas por Ned Land, el profesor Aronnax y su fiel Consejo en el legendario Nautilus del capitán Nemo.

Todo eso será posible el próximo verano, en el mes de agosto, cuando se inaugure el nuevo comedor subacuático del Hurawalhi Island Resort & Spa Maldives. Es éste un lujoso complejo hotelero que se encuentra en las islas Maldivas, archipiélago del océano Índico famoso porque sus paradísíacos atolones tienen una marcada vocación turística que atrae muy especialmente al viajero de luxe y que esta temporada estival ofrecerá a sus huéspedes lo que será el restaurante submarino más grande del mundo.

Ahí está la noticia en realidad, ya que no es el primer negocio de esas características y, de hecho, en las propias Maldivas hay ya un par de establecimientos de ese tipo, el restaurante Ithaa del Conrad Maldives Rangali Island Resort y la bodega sumergida del Ananata Kihavah Villas. Lo que ocurre es que los locales bajo el agua suelen ser pequeños por cuestiones técnicas -construcción, mantenimiento- y rara vez superan la docena de personas de aforo. En cambio, el del Hurawalhi Island Resort podrá acoger treinta comensales. Treinta privilegiados que disfrutarán de la gastronomía, sin duda, pero que sobre todo experimentarán la sensación única de hacerlo a diez metros de profundidad, viendo diáfamente las criaturas marinas y los arrecifes de coral del atolón Lhaviyani.

Todo eso será posible gracias a una gran cúpula de acrílico transparente sujeta mediante una estructura de acero que ha diseñado M.J. Murphy, de un estudio de arquitectura de Auckland (Nueva Zelanda) famoso por sus innovadores diseños para acuarios; es más, fue esta empresa la encargada de hacer los planos del mencionado Conrad Maldives Rangali Island Resort, así que acreditaba experiencia. El proceso de montaje, anclando el conjunto a pilotes de hormigón, corre a cargo de FitzRoy Engineering, también neozelandesa, que emplea para ello un buque con dos grúas capaces de mover ochocientas toneladas

Cuando estén terminados los trabajos de montaje, la estructura del restaurante medirá veintidós metros y medio de longitud y tendrá un peso de cuatrocientas diez toneladas, habiéndose empleado dies meses en el proceso. Se ha procurado que éste sea respetuoso con el medio ambiente, cosa lógica teniendo en cuenta que el precioso paisaje de los atolones, con sus lenguas de arena blanca, sus palmeras y sus aguas de intenso color turquesa, es el principal reclamo para los visitantes.

Los clientes accederán por una cabaña sobre la superficie, bajando por una escalera helicoidal de trece metros. Evidentemente, dado el poco espacio disponible y la enorme dificultad que supondría tener una cocina allá abajo, ésta se halla en la superficie; la comida, una vez preparada, se envía mediante un montacargas. Pero eso ya son los entresijos del sitio, que seguramente no importarán demasiado a los usuarios. Especialmente si están de luna de miel o son los invitados de una boda, que a todo ello apunta la oferta.

Vía: The Maritime Executive
Más información: Hurawalhi Island Resort & Spa Maldives