
Uno de los cuadros de temática científica más famosos de la historia es el Experimento con un pájaro en una bomba de aire del inglés Josepth Wright, que lo pintó en 1768. En él uno de los personajes representados muestra una erupción en la piel que es indicativa de una enfermedad que no sería conocida hasta más de un siglo después.
La pintura, que captura el instante de una demostración científica sobre las propiedades del vacío, también es según un reciente estudio la primera imagen jamás plasmada de la dermatomiositis. Ésta es una rara enfermedad inflamatoria de los músculos, la piel y los vasos sanguíneos, que sería clínicamente descrita por vez primera a finales del siglo XIX.
En el cuadro, considerado un hito artístico que refleja la época de la Ilustración y el comienzo de la difusión científica en la sociedad moderna, vemos como un científico extrae aire del frasco que contiene una cacatúa. La escena, a la luz de las velas, captura el momento en que el ave puede morir o vivir, dependiendo de la acción del científico.

A la izquierda aparecen dos jóvenes enamorados, y a la derecha un padre intentando consolar a sus hijas, que no pueden soportar la visión de la muerte del pájaro. Es precisamente la figura del padre quien muestra una erupción cutánea que coincide con las provocadas por la dematomiositis. Incluso la dermatopatología que muestra su mano, la que rodea los hombros de una de sus hijas, es también indicativo de esta enfermedad.
Esas protuberancias rojas en los nudillos fueron descritas por vez primera por el dermatólogo alemán Heinrich Adolf Gottron en 1931, 163 años después de haberse pintado el cuadro.
La dermatomiositis como trastorno sistémico inflamatorio neuromuscular fue descrito por primera vez unas décadas antes, en 1891, por Heinrich Unverricht.
Según el director del estudio ahora publicado, la representación de la enfermedad es tan clara y precisa en la pintura que debe haber reflejado la existencia real de una enfermedad subyacente en el personaje retratado.
Un famoso cuadro del siglo XVIII muestra una enfermedad desconocida hasta un siglo más tarde se publicó en LBV Magazine