La derrota definitiva de Napoleón se cimentó sobre todo en dos campañas que desangraron a la Grande Armeé a lo largo de un lustro entre 1808 y 1812. Una fue la que el propio Bonaparte denominó “úlcera española”, corrosiva, desmoralizante, un incordio continuo que obligaba a desviar tropas para someter un país que estaba derrotado […]
↧