Hoy, lunes 23 de abril, es la onomástica de San Jorge, popularizada como el Día del Libro. Los enamorados ya saben lo que les toca: intercambiar una rosa por un libro, una costumbre que, por sorprendente que parezca se remonta a la Baja Edad Media.
En concreto al siglo XV, cuando a la salida de la misa de la barcelonesa capilla de Sant Jordi (la que está en el palacio de la Generalitat), se repartían esas flores como símbolo de pasión. De ahí que la tradición esté especialmente arraigada en la ciudad condal y, por extensión, en toda Cataluña. Al fin y al cabo, este santo es el patrón regional en una versátil labor de pluriempleo, puesto que también lo es de otras ciudades, como Moscú o Alcoy; regiones, como Aragón o Cataluña; e incluso países, caso de Inglaterra, Bulgaria, Georgia y Portugal, por citar unos pocos ejemplos de cada.
Todos conocen la iconografía que identifica a San Jorge: un caballero alanceando un dragón desde su corcel para salvar a una princesa. Como, obviamente, nunca existieron los dragones, carece de base histórica y se trata de una simple cristianización del mito griego de Perseo, aquel héroe hijo secreto de Zeus que gracias a la cabeza que le había cortado a Medusa petrificó un monstruo marino para librar a Andrómeda de ser devorada, ganando así una esposa.
La propia existencia del santo, Jorge de Capadocia, tiene bastante de legendaria: habría sido un tribuno romano arrestado, torturado y ejecutado por negarse a colaborar en la persecución contra los cristianos decretada por Diocleciano en el siglo III. En cualquier caso, los estudiosos ven en las rosas una metáfora de la sangre del dragón y en el caballero la idealización del milites Christi o soldado de Cristo.
¿Y por qué el libro? se preguntará más de uno. Pues porque en 1996 la UNESCO declaró la jornada Día Internacional del Libro para conmemorar el nacimiento de William Shakespeare y la muerte de Miguel de Cervantes, probablemente las dos figuras más grandes de la literatura (que el óbito del escritor español fuera en realidad un día antes es un detalle menor, al parecer). Por eso hoy habrá puestos de venta con descuentos y firmas. En Barcelona, además, suelen abrirse de forma excepcional las dependencias municipales.
Una rosa y un libro por el día de San Jorge se publicó originalmente en La Brujula Verde.